La gran misión en Uzbekistán no era otra más que tratar de encontrar una camiseta el conjunto blanco entre los amantes locales del fútbol. Así se fabricaron en Bilbao miles de prendas, hasta 20.000, que en teoría se iban a vender en la tienda de la calle Hortaleza, 7. El establecimiento fue impulsado e ideado, al calor del éxito de sus discotecas, por Flores, que embarcó en el proyecto a un ex socio.